Jesús, el que envía a las misiones (I)


Por Marcelo Abel
Congreso Misionero 2004
General Alvear, Mendoza,
14 al 16 de mayo de 2004.

Hacer misiones no es otra cosa que extender el Reino de Dios. Y hacer misiones no es otra cosa que decir “Padre nuestro que estás en los cielos, venga tu Reino. Venga tu Reino a aquellas tribus, naciones, pueblos, que aún viven en tinieblas y no conocen la verdad del evangelio. Venga tu Reino sobre aquellas zonas sombreadas; también sobre Argentina. Venga tu Reino, y porque no, a la Casa Rosada, a la Casa de La Plata, a todas las provincias y municipalidades y venga tu Reino al Señor Intendente y a todos los intendentes".

Porque al decir y orar de esa forma, “venga tu Reino”, estamos diciendo: “Jesús, queremos que seas Presidente de la República Argentina”. ¿Le gustaría tener a Jesús de Presidente? ¡Que él establezca su Reino y se cumpla con su Constitución¡

Cuando el diablo tentó a Jesús, Jesús siempre le contestó, “escrito está”. “Claro que vine para ser Rey, pero escrito está. Yo me guío en mi reinado de acuerdo a la Constitución de mi Padre, las leyes de mi Padre”. Y esto es fundamental. Venga tu Reino también a nuestras vidas. ¡Venga tu Reino!.

Jesús envió a los discípulos de dos en dos para que predicaran el evangelio del Reino. Ustedes saben que la palabra Evangelio significa buena noticia, feliz noticia, grata noticia. Cuando a alguien le aumentan el sueldo y usted viene a su casa y se lo cuenta a su esposa, usted está trayendo evangelio. Es buena noticia, ¿verdad? ¿O alguno se pone triste porque le aumentaron el sostén?

Siempre me acuerdo cuando vivíamos en Resistencia, Chaco. Una vez vino el cartero con su bicicleta y le dije:

- ¿Cómo anda don Ángel?
- No, yo soy Antonio.
- No, pero Usted es Ángel, le digo.
- Eh
, me dice.
- ¿Usted sabe lo que significa Ángel?
- No, la verdad que no se; bueno es un nombre…
- No, pero ángel significa “mensajero”. Y usted como lleva mensajes es “ángel”.
- Puede ser, que interesante.
- Le digo, ¿tiene evangelio para mí?
- ¿Cómo, cómo? No, no, yo soy católico.
- No le estoy preguntando por su denominación religiosa. ¿Usted sabe lo que significa evangelio?
- Bueno…, no sé…, es una religión…
- No, no. Evangelio significa buena noticia, feliz noticia, grata noticia.
- Ah…puede ser.

Entonces empezó a buscar en su carterita y sacó una carta, justo de mi suegra…

Hermanos, evangelio, lo que nosotros predicamos es evangelio, es buena noticia. Cuando Jesús empezó a predicar ya Juan el Bautista en su primer mensaje decía “arrepentíos, porque el Reino de los Cielos se ha acercado”, como diciendo “abandonen este camino, tomen este otro camino. Arrepiéntanse del mal camino, del camino equivocado, tomen este camino, porque ahora las puertas del Reino de Dios se encuentran abiertas”. Y usted puede ingresar gratuitamente.

La buena noticia es que nadie necesita bajo el déspota dictador Satanás, el torturador Satanás. Todos pueden renunciar a la potestad de las tinieblas y ponerse bajo el Reino de su amado Hijo. Ese es el evangelio. ¡Gloria a Dios!

Paul Yonggi Cho, cuando estuvo en el Luna Park, nos dijo a los pastores: “Pongan su púlpito en el monte de Sión y no en el monte de Sinaí. El monte de Sinaí es ley, condenación para el que no hiciera esto o aquello. Pero el evangelio es solución, es esperanza. Que todo aquel que se arrepienta del mal camino por el que anda y lo abandona puede ser trasladado. Y el apóstol San Pablo utiliza esta expresión “…más nosotros hemos sido trasladados de la potestad de las tinieblas al Reino de su amado Hijo.” Y ahí la palabra trasladar en el griego significa “se ha efectuado una mudanza”. Hemos sido mudados de un reino a otro Reino, de un espíritu que nos dominaba a otro Espíritu que nos domina ahora, nos gobierna. Y esta palabra mudanza es traslado. ¿Y saben una cosa? Ustedes la iglesia local son la empresa de mudanzas y deben ayudar a las personas a mudarse de la potestad de las tinieblas al Reino de su amado Hijo.

El Reino de los Cielos avanza. Me acuerdo una vez un anciano aborigen, charlando con él y tomando mate bajo un árbol me dice “sí…antes había muchos espíritus poderosos en este lugar…”, Yo le dije, “¿y qué pasó, se fueron?, “sí, se fueron”. “¿Y a dónde fueron?”
“Dicen que se fueron para el lado de las montañas…”

Y me quedó grabado cuando dijo “se fueron para el lado de las montañas” del mensaje del Antiguo Testamento que dice que los paganos sacrificaban a sus ídolos en los lugares altos. Fíjense que coincidencia. En Córdoba, el cerro Uritorco es el lugar donde se ordena oficialmente a los brujos y a los hechiceros.

Y le digo después

- ¿Y por qué se fueron?
- Bueno, porque llegó otro Espíritu más poderoso, me contestó.
- ¿Y cuál era ese Espíritu?
- ¡Y, el Espíritu del Evangelio! (como diciendo “¡Sos misionero y no sabes eso!)
- ¿Y no había conflicto entre los dos espíritus, no había guerra?
- Sí, un poquito de tiempo, pero el Espíritu del Evangelio es mucho más poderoso.

Ese es el testimonio real de un anciano aborigen que está acostumbrado a manejarse con los poderes. En el pueblo animista lo que vale no es cuánto sabes, qué títulos académicos tienes o de que familia importante vienes, o cuánto dinero posees, sino la pregunta es ¿cuánto poder tienes? La pregunta es la pregunta del poder.

Por eso Herodes se puso tan nervioso. Porque nacía allí un niño, en un corral de animales para colmo. Ahora, ¿cómo se explican ustedes que un rey, el rey de Palestina, se ponga tan nervioso, movilice parte de su ejército para perseguir un lactante, un bebito? Porque los mensajeros caídos, los demonios, que son ángeles caídos, lo tenían bien informado a Herodes, a parte de la información que el tuvo por la lectura y comentarios de los judíos. Pero le preocupó seriamente un bebito que estaba naciendo porque sabía que en ese bebito había poder, que es una bomba de tiempo contra el reino de las tinieblas.

Y cuando vinieron los magos, que eran los astrólogos, los chamanes paganos del oriente, que cosa extraña, guiados por una estrella… Dios siempre se adelanta, hermanos misioneros, Dios se adelantó y le comunicó a estos paganos que el que nace en Belén de Judea no es un bebito cualquiera, sino que es el Salvador del mundo, el que va a ser Rey de Reyes un día. Y cuando ellos vinieron, trajeron regalos y se rindieron. Yo pensé que era idea mía la que digo ahora, pero leí a un teólogo alemán de mucha importancia y me confirmó en esta teoría. Dice que en ese momento la potestad de las tinieblas del chamanismo, se rindió ante el poder del más poderoso, que es Jesús el Señor. El reino de las tinieblas se rinde ante el Reino de la Luz. ¡Gloria a su Nombre! Y estos chamanes reconocen que el verdadero poderoso es Jesús. Porque en el mundo del animismo, siempre la pregunta es “¿Cuál es el más poderoso?" Insisto en esto porque la mayoría de los pueblos no alcanzados, a los que nosotros queremos misionar y llevarle este evangelio del Reino de Dios, son pueblos animistas y se manejan con la cuestión de los poderes.

Recorriendo el Chaco junto con otro misionero, nos encontramos con un ranchito bien monte adentro. Y en ese ranchito había una mujer de más o menos veinte, veinticinco años que estaba atada al poste, al horcón del rancho con una cadena en el pie. ¡Me dio tanta pena porque estaba delgada, puro hueso y piel y dije “¡Pero esta pobre mujer tiene tuberculosis, hay que llevarla al médico!” Y mi colega me confirmó y dijo: “Nosotros estamos dispuestos a llevarla al hospital si quieren.”

Y la anciana madre dice: ¡No!, esta mujer tiene demonio y si la soltamos se pierde en el monte y después tenemos que buscarla durante días para encontrarla. Y le dije, “Pero de todas maneras necesita médico, necesita remedios, no puede estar así, ¡se va a morir de tuberculosis próximamente!” Me dice la anciana: “¿Médico, hospital?, ¿Caso ustedes no predican un Dios de poder?”

No nos quedó otra cosa que achicarnos y clamar a Dios que haga un milagro. Y Él hizo el milagro. Se la pudo liberar y también se la pudo llevar al médico para que sea curada de la tuberculosis. Pero la pregunta es, ¿cuán poderoso es tu Dios?, ¿cuánto poder hay en tu Cristo?, ¿cuánto poder hay en tu evangelio que venís trayendo?

"No es con ejército ni con espada, sino con mi Espíritu", dice Jehová. Los hombres trabajan en vano si Jehová Dios no edificare la casa. "Recibiréis poder de lo alto y seréis testigos en Jerusalén, en Judea y hasta lo último de la tierra". Jesús dijo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra, por lo tanto vayan y hagan discípulos. Por el hecho de que a mi me es dada toda autoridad y todo poder contra el poder de las tinieblas. Ustedes son los enviados míos, rescátenlos del poder de las tinieblas, trasládenlos, múdenlos al Reino de su amado Hijo".

Pueblos que están ciegos, desconocen la verdad, son guiados por espíritus malignos, necesitan que se les abran los ojos. Jesús le dio al apóstol San Pablo el ministerio de ir a abrirle los ojos a la gente. El apóstol San Pablo tenía un ministerio oftalmológico, de abre ojos, para que la gente se avive. Porque muchas personas estando bajo la potestad de las tinieblas y los demonios y los espíritus son los poderosos. Pero cuando a través del Evangelio se le abren los ojos y entienden la verdad, se dan cuenta que Jesucristo es el poderoso, Jesucristo es el Señor. Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.

En uno de mis tantos viajes por el impenetrable chaqueño, me encontré con un pequeño pueblo que fundaron el tiempo de Videla, en el tiempo de los militares, queriendo de alguna forma frenar los guerrilleros que venían de Tucumán. Es un pueblito en medio del monte, muy interesante. Y me puse a charlar con un hombre del campo de ahí, cercano al pueblo y me dice

“Ah, nuestro presidente. Ese es presidente. Mire el pueblo que nos dejó, el señor Videla”.
Y yo le dije: “sí, está bien, pero usted sabe que ya no está más Videla. Esta Alfonsín ahora”.

Hay personas que desconocen quien está en el trono, quien es la autoridad. Y predicar el evangelio es avivar a la gente, es abrirle los ojos. Por eso, cuando los discípulos vuelven entusiasmados diciendo Señor hasta los demonios se nos sujetan en tu Nombre, y estaban muy entusiasmados trayendo el reporte, el informe de enviados, Jesús los enfría un poco y dice “Sí, yo he visto caer al diablo del cielo como un rayo.” Y yo siempre me pregunté ¿cuándo cayó el diablo del cielo como un rayo? ¿Cuándo se rebeló y lo expulsó del cielo? Puede ser. Pero para mí, viendo el contexto, cada vez que los discípulos, los hijos de Dios, los evangelistas, los misioneros salen a predicar la verdad del evangelio, entonces la gente es avivada, se le abren los ojos, ven que su deidad es falsa y deben ser trasladados al reinado de Jesucristo el Señor. Y esto es maravilloso.

Yo conozco el relato de un misionero en la India, y como dijo hoy Jorge hay miles y miles de dioses falsos, y entre las prácticas religiosas de ellos tienen un día en el que ofrendan a los dioses del agua, y arrojan cosas en el río Ganges: dinero, joyas, algunos tiran chivos, hasta perros son sacrificados a los dioses del agua; y yo entiendo esto perfectamente, porque nuestros hermanos indígenas, que son animistas hablan mucho de los espíritus del agua, del río, y por ejemplo cuando la mujer está menstruando de ninguna manera debe acercarse al agua porque es especialmente vulnerable a los espíritus del agua en ese tiempo. Siempre la mujer es la que busca el agua, el hombre nunca se va a rebajar a ir a buscar agua, pero tienen esa creencia muy arraigada todavía, y cuando alguien se ahoga usted puede explicarle 10 mil veces que se ahogó porque tuvo un calambre o por otra causa, pero ellos van a decir “los espíritus lo mataron”. Entonces, estos pueblos animistas tiraban cosas al río, y el misionero fue a ver este espectáculo tan triste, y observa que una mujer viene caminando con un niño al lado pero con otro en los brazos y le entrega al chaman, al sacerdote de ellos, el hijito que venía caminando y el chaman lo toma, hace una ceremonia y lo arroja al agua, lo sacrificó a la deidad del agua; entonces el misionero intervino diciendo “se está ahogando, sáquenlo”, y la mujer contestó: “déjelo, lo estamos sacrificando para nuestro dios”. “Pero por favor –dijo el misionero-, ya que va a sacrificar a uno, entrega al enfermito que tiene en los brazos”, que obviamente era paralítico, y la señora le dice: “no se como harán ustedes los cristianos, pero nosotros siempre sacrificamos lo mejor para nuestro dios”. ¡Qué verdad, por un lado, sacrifican lo mejor para sus dioses!, pero que terrible por otro, sacrifican al dios Moloc, en términos veterotestamentarios estas criaturas. Ese pueblo necesita que se le predique el evangelio de la luz, de la verdad, para que se le abran los ojos, y se horroricen de lo que estaban haciendo antes, adorando ahora y siendo leales al Señor de señores y Rey de reyes. Evangelizar es lograr que toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, ¡Jesucristo es el Señor, Jesucristo es el Señor!

Los discípulos, entusiasmados, decían “los demonios se vienen abajo”, y Jesús dice “yo he visto a la ‘potestad’, la seudo potestad viniéndose abajo, porque ya no está en el trono, y saben quién está realmente en el trono ahora”; pero Jesús les dice también “no se gocen de que los espíritus se les sujetan sino que gócense de que vuestros nombres están escritos en el libro de la vida”.

Cuando nace un chico llevamos su nombre y lo anotamos en el registro civil y desde ese momento es ciudadano argentino. Cuando alguien nace de nuevo, inmediatamente su nombre es anotado en el registro civil del Reino de Dios, y desde ese momento es ciudadano del Reino de Dios. El apóstol Pablo dice que tenemos doble ciudadanía, una provisoría aquí y una definitiva; mis hijos lo entienden perfectamente, por tener una madre alemana y un padre argentino, cuando están en Alemania son ciudadanos alemanes y cuando están acá son argentinos; tienen doble ciudadanía en ese sentido. Todos nosotros, nos guste o no, somos ciudadanos provisorios acá pero ciudadanos definitivos del Reino de Dios. Y Jesús estaba diciendo: “los demonios no se sujetan porque ustedes se llaman Pedro o Santiago o Juan, se sujetan porque descubrieron quién es vuestro enviador, porque descubrieron qué autoridad es la que los envía”, “Toda autoridad me es dada en el cielo y en la tierra, por tanto id”. Jesús es el enviador.

 

Continúa en Jesús, el que envía a las misiones (II)

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