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La unción del Espíritu Santo
Victor Rodríguez Retiro Nacional de
Jóvenes |
Vamos a leer en el penúltimo libro del Antiguo Testamento,
Zacarías, capítulo 8:23
Esta mañana escuchamos a Guido en una exposición sobre justicia y santidad.
Hacía mucho que no lo escuchaba y recordaba cuánto bien nos trajo, y esta mañana
¡cuánto bien nos trajo la palabra! Quisiera continuar en esta línea.
Así ha dicho Jehová de los ejércitos: En aquellos días acontecerá que diez hombres de las naciones de toda lengua tomarán del manto a un judío, diciendo: Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros.
Llegará un momento en que la manifestación de Dios será
tal que no hará falta ningún tipo de propaganda, ni por televisión ni por
periódicos ni por radio. La palabra llegará sola; es una palabra profética para
un momento profético del pueblo de Israel. Muchos tomarían del manto a uno del
pueblo de Dios y le dirán “Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está
con vosotros”. En tu congregación no hará falta que repartas ningún tipo de
aviso, se correrá de persona a persona que Dios está entre nosotros. Si tú usas
los cebos para atraer a Dios, y ayer hablamos de uno de estos cebos, que es el
quebrantamiento, y esta mañana hemos oído de la justicia y la santidad, y esta
noche vamos a ponerle un cebo a Dios; lo decimos con reverencia, pero le diremos
que queremos la unción del Espíritu Santo.
Cuando la unción aterrice sobre vos ocurrirán algunas cosas como vemos en la
Biblia, como con Noé, por ejemplo, Cuando la unción vino sobre Noé, uno solo,
vino un juicio sobre toda la tierra. Uno solo que tenga la unción del Espíritu
Santo, ¡uno solo! Bajando del monte, a Moisés le resplandecía el rostro, él no
se daba cuenta pero el pueblo lo veía. Una fuerza descomunal que no era de
ningún hombre, era de Dios, así se desató la unción sobre Sansón, y cuando vino
la unción sobre María, ocurre el nacimiento más maravilloso de toda la historia
de la humanidad: Jesús.
¿Qué ocurre cuando esta unción está con nosotros? Otro pasaje para leer es
Isaías 11:
1Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. 2Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. 3Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; 4sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. 5Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.
En el v. 2 dice que es un vástago, señalando a Cristo, un
retoño, reposará sobre él, el Espíritu de Jehová.
Pasamos al capítulo 61. Aquí está la tarjeta de identificación que usó Jesús en
el templo, para mostrar quién era él.
El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; 2a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; 3a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.
Una vez más en el v. 1 “El Espíritu de Jehová el Señor
está sobre mí” ¿Qué es la unción? Cuando nos convertimos el Espíritu Santo viene
a morar a nuestros corazones; el arrepentimiento abrió las puertas, la entrega
al Señor ha hecho factible que el Espíritu venga a morar dentro de nosotros,
pero aquí dice que dice que el Espíritu viene a morar, no dentro, sino sobre:
“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre…” En Pentecostés el Espíritu no vino
a el corazón de los que allí estaban sino sobre. Recibiréis poder y vendrá sobre
vosotros. Una cosa es tener el Espíritu en y otra cosa es tenerlo sobre
nosotros.
Jesús nació por la obra y gracia del Espíritu Santo. El nació bastante distinto
de nosotros. Podemos decir que nació sin el viejo hombre; nació sin la herencia
del pecado; no era descendiente de Adán, él descendía de Dios. Pero fue
necesario que cuando comenzara su ministerio, el Espíritu Santo viniera sobre él
como paloma. Y no comenzó nada sin que el Espíritu Santo hubiera venido sobre
él. Antes de que ascendiera a los cielos el Señor tuvo que decirle a los
discípulos “no salgan de Jerusalén hasta que sean investidos”. Y sobre esto es
que quiero compartir algo y quiero que lo recibamos y aquel que lo recibió
muchas veces hoy lo puede recibir una vez más, es una confirmación; y aquel que
lo tiene como algo histórico, allá, dos o diez años atrás, y no sabe lo que es
vivir con la unción continua, la dejó de lado, no la cuidó, tienes que pedir
perdón a Dios, porque él te ungió, te preparó, te ungió. Pecado grande es haber
sido ungido y luego no usar lo que Dios te ha dado.
Y cuando el Señor entró por primera vez en la sinagoga, él les hizo abrir la
escritura en el texto que hemos leído, y él les mostró esta “tarjeta de
identificación”.
En el AT se usa para hablar de la unción del aceite, el aceite de la unción. Es
el símbolo del Espíritu Santo, y todo lo que era ungido con aceite tenía un
valor especial. El aceite era el aceite que mantenía encendido el candelero.
Esta mañana, con una hermosa interrupción de la Palabra cantamos estos coros que
nos hizo cantar Guido y después continuó y nos ayudó a cantar “enciende una
luz”. Esta luz no es una luz de vela, es la luz del candelero, que necesita
aceite. Es la misma que usaron las diez vírgenes, pero había cinco de ellas que
descuidaron el tener el aceite suficiente. ¿Qué van a lograr?
En el AT no solo se usaba para esto, sino para ungir a reyes, y entonces venía
sobre ellos la autoridad de Dios. También la ponían sobre los sacerdotes. Y
cuando esta unción caía sobre ellos, tenían facilidad para la comunión con Dios.
También caía la unción sobre los profetas, eran ungidos y lo que hacían era
actualización de la palabra de Dios. Traían la palabra de Dios para los días
actuales, anticipando el futuro. Y este aceite lo usaban también para ungir el
tabernáculo, todos los elementos del tabernáculo fueron ungidos con aceite. Esto
significa que el aceite ungía lo que no se podía tocar para otra cosa. Todo lo
que el aceite tocaba no se podía tocar para otra cosa; tocaba un cucharón del
altar… luego no se podía usar para otra cosa. El aceite caía sobre los vasos del
altar, y entonces no se podían usar para uso personal.
Quiero decirte y avisarte que si hoy recibes otra vez esta unción sobre ti, la
unción te separa, es una especie de sinónimo de santidad, pues santidad
significa separado para Dios. Todo lo que Dios unge no lo podés usar para usos
personales después; así era la unción en el AT. Tampoco para fines comunes, todo
lo que ese aceite tocaba se usaba solo para Dios. Santidad y separación. Es por
eso que en el NT dice “¿hay alguno enfermo entre vosotros?, únjanlo con aceite,
llamen a los ancianos y únjanlo con aceite, y la oración de fe sanará al
enfermo”. La unción separa la enfermedad del enfermo. Es para separar.
En el Sal 92:10 dice “Pero tú aumentarás
mis fuerzas como las de un toro salvaje, seré ungido con aceite fresco”
Leámoslo de abajo hacia arriba: “Seré ungido con aceite freso y tú aumentarás
mis fuerzas como las de un toro salvaje”. No quisiera estar delante de un toro
salvaje. No se de qué tipo de toro estará hablando allí, pero dice que cuando la
unción viene, uno se convierte en un toro salvaje.
Pero todo lo que está ungido no puede ser usado para uso personal. En el Sal.
105:15 dice “No toquéis a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas”. Dios
protege especialmente a sus ungidos. ¡Cuidado con tocar a un ungido!
La unción es capacitación para servicio a Dios. Te capacita para la obra; no
para otra cosa sino para el servicio a Él. A partir de la unción del ES
comienzan a funcionar los dones del Espíritu, comenzando a partir del don de
lenguas. El don de lenguas es la iniciación de los dones. ¿Por qué comienza con
el don de lenguas y no con el de sanidad? Porque el don de lenguas es el único
don para Dios. El que habla en lenguas no habla a los hombres, habla a Dios. Y
comienza dándole las gracias a Dios, donde los cielos se abren y quedan abiertos
y uno comienza a manejar los dones.
Las lenguas son como para dejar el espacio celestial abierto. Algunos hablan en
lenguas pero no hablan habitualmente. Pero a partir de esta noche, que sea mitad
en castellano y mitad en lenguas, para que la fe sea algo simple, no complicado
y el manejo de los dones no sea para alguno del que se diga “éste tiene
ministerio”. ¡Todos tenemos el ministerio de los dones del Espíritu Santo!
Getsemaní significa “prensa de aceitunas para hacer aceite”. Siempre había
estado relacionado con la fabricación del aceite, y –en otro sentido- con la
unción de Jesús que estará sobre nosotros. En Getsemaní se definía nuestra
salvación, y lo hizo bajo la unción del Espíritu Santo, y aún el nombre del
lugar significaba eso: “prensa de aceite”. El monte donde estaba el Getsemaní se
llamaba Monte de los Olivos.
Quiero decirte una cosa: todas las cosas del mundo están ungidas por Dios, o por
el diablo. Satanás me unge, pues es espíritu, espíritu diabólico, es el príncipe
de este mundo; casi todas las cosas en este mundo están ungidas por Satanás, La
unción del Espíritu Santo hace la separación entre lo ungido para Satanás de lo
ungido para Dios. Me asombra ver la unción que hay en los recitales de rock, si
hasta parece una reunión cristiana, y los que tocan están bajo una unción.
De paso digamos que Satanás conoce bastante de esto porque él es músico. Los
músicos tienen que ser personas ungidas por Dios, para que no se mezclen las
cosas de Dios con las de Satanás. Satanás tiene incorporados tamboriles, flautas
y cuerdas, pero si hay alguien que conoce de música es él. Y la música produce
más efecto en las mentes más que la televisión. Pocas veces he visto gente que
quedó endemoniada viendo televisión, pero sí escuchando música. Tienes que
aprender a seleccionar música cristiana, porque hay música que se parece tanto a
la del mundo, pero funciona bien en el ámbito cristiano, de lo cual consumimos
mucho.
Hace poco escuché algo que me entristeció mucho. Puedo contar esto pues el
hermano lo contó desde el frente. Él no podía estar presente en las reuniones, y
tenía la capacidad de dibujar rostros diabólicos cuando escuchaba música rock. Y
eran dibujos artísticos, pero maléficos. Y hubo manifestación del Espíritu, y
hubo que echar fuera los demonios, y cuando le preguntamos ¿cuándo comenzó esto?
nos dijo “en la iglesia, compré un CD”. Y nos dijo el nombre del conjunto, yo no
se los voy a decir. Mordieron la carnada, pero dice que “la unción que vosotros
recibisteis les enseña todas las cosas”, les enseña a discernir, a separar,
porque hoy vienen muchas cosas mezcladas. Me asombré de una revista que ha
salido últimamente, que levanta a alguien como un gran cristiano, pero él está
divorciado y casado de nuevo.
Cuando la unción falta se confunden los valores. Apareció también otro cantante
por televisión, dando sus testimonio, pero separado no se cuantas veces y
juntado otras tantas. Pero cuando está la unción uno sabe separar. “La unción
que vosotros recibisteis les enseña todas las cosas”.
Satanás unge y tiene sus ungidos, no solo en el plano de la música, sino en el
espectáculo, porque es muy hábil en esto, y las personas consumen
indiscriminadamente estos espectáculos, por falta de la unción, pero hoy la
vamos a recibir.
Todo lo que Satanás unge se llama “el mundo”. “Mundo” no es lo que está afuera
de este ámbito; “mundo” es todo lo que Satanás ungió y yo retengo. Ser mundano
es retener algunas cosas sin la unción de Dios. Uno puede estar aquí y ser un
mundano, porque hay cosas que no están separadas para Dios, entonces continúan
bajo la unción de Satanás. Y no hay algo peor que un cristiano tibio, ni Dios lo
quiere. Que yo sepa no hay ninguna enfermedad que enferme a Dios, pero hay una:
la tibieza, pues lo hace vomitar. “A los tibios los vomitaré de mi boca”. Y ¿qué
es la tibieza? Que alguien ungido por Dios hoy esté buscando las cosas del
mundo.
Hay algunos que necesitan ser llenos del Espíritu Santo por primera vez, el
bautismo del ES. Esta es la oportunidad. Y antes debiéramos arrepentirnos de
nuestros pecados, para que Él no tenga que tirar agua limpia sobre agua sucia.
Jesús estuvo hablando durante los tres años de ministerio de este día de
Pentecostés. Juan decía “yo los bautizo con agua, pero Él os bautizará con
Espíritu Santo y fuego”. Los hombres podemos bautizar con agua, pero solo Jesús
bautiza con Espíritu Santo.
Algunos observan que luego de una experiencia así, se vuelve a la realidad
anterior. Pero si abrimos nuestro corazón de tal manera que Jesús mismo nos
pueda bautizar, cuando volvamos a casa, a nuestra realidad cotidiana, podremos
estar firmes y nuestras fuerzas se aumentarán como las de un toro salvaje.
Otros hemos recibido el bautismo del Espíritu Santo, pero vemos en el libro de
los Hechos que se trata de una experiencia continua, todos los días, y hay un
mandamiento de ser llenos del Espíritu Santo todos los días. Lo vamos a pedir,
aunque no deberíamos pedirlo pues es un don, un regalo y un regalo simplemente
se recibe, pero en este caso tan especial, Dios tiene que saber que lo queremos.
“Si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, cuanto
más el Padre dará el espíritu a quienes se lo pidan”.
Las cosas espirituales se reciben pidiendo y luego dando gracias, y entonces
quedan.
En algunos será como fuego, y en otros casos como ríos. Pero que sea sin
impedimento.