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El propósito eterno de Dios es formar una familia de
muchos hijos semejantes a JESÚS (Romanos 8:29). Para lograr este objetivo, el
Padre nos ha enviado; primero al HIJO, para que nos sirva de modelo. Luego nos
envió el ESPÍRITU SANTO, para que nos consolara y nos ayudara en nuestra
debilidad.
Luego, después de haberse predicado el evangelio del reino a todas las naciones;
hoy en día existe LA IGLESIA, quien es el cuerpo de Cristo, la familia de Dios,
un pueblo santo.
Para el mantenimiento, crecimiento y desarrollo de la iglesia es necesario
fortalecer los vínculos fraternales. Los primeros discípulos (IGLESIA
PRIMITIVA), eran muy diligentes y perseverantes en la prácticas de la
fraternidad y el servicio los unos a los otros. Tanto que perseveraban en la
doctrina de los apóstoles, la comunión unos con otros, el partimiento del pan y
las oraciones (HECHOS 2:42).
En la familia de Dios es muy necesario, mantenerse relacionado. No se puede amar
sin relacionamiento. Claro esta que este debe ser sincero y leal. En la carta a
los HEBREOS se recomienda que permanezca el amor fraternal (Hebreos 13:1). En la
familia de Cristo no se puede permitir una vida egoísta e individual; sino por
el contrario debe ser una vida gregaria por excelencia. Es tan importante el
relacionarse; que se tiene que recomendarnos que no dejemos de congregarnos como
algunos tienen por costumbre (Hebreos 10:25).
La característica principal de un discípulo es que tenga un maestro; es más que
se relacione fuertemente con su maestro. "Porque no hay discípulo sin maestro,
ni maestro sin discípulo."
En la familia de Dios debe haber respeto y reverencia a los hermanos mayores en
la fe (ancianos). Sin el respeto, y la sumisión la familia sufre desatinos y
MALAS RELACIONES.
Es muy triste, ver como el CUERPO DE CRISTO se divide por las malas relaciones,
chismes, odios, murmuraciones, falsas especulaciones, mentiras, rebeldías,
apetitos personales, sentimentalismos, etc.,etc.
Pablo, escribe y les manifiesta a los Corintios que no puede escribirles como a
espirituales, si no como a carnales, como niños en Cristo, porque había oído que
tenían celos , disenciones y divisiones. (1a Corintios 3:1-3).
Tenemos pues, que esforzarnos para que PERMANEZCA EL AMOR FRATERNAL. Buscar la
buena relación, el afecto, la caricia, el abrazo, la llamada telefónica, el
visitarnos, hospedarnos y amarnos profundamente, con el fin de que el nombre del
Señor no sea mancillado.
Es muy necesario que los siervos de Dios sean fieles a la palabra del Señor.
Capaces de enseñar también a otros a que sean fieles y amorosos.
¡ Esforcémonos para que permanezca el amor fraternal !