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Crear espacio para Dios * |
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La disciplina es la otra cara del apostolado. El apostolado sin disciplina es como querer correr una maratón sin habernos entrenado. La disciplina sin apostolado es como entrenarse todo el tiempo para la maratón sin llegar nunca a correrla. Es importante, sin embargo, darse cuenta que la disciplina en la vida espiritual no es lo mismo que la disciplina en los deportes. La disciplina en el deporte es un esfuerzo concentrado para dominar el cuerpo, de manera que pueda obedecer mejor a la mente. En la vida espiritual es el esfuerzo concentrado para crear el espacio y el tiempo donde Dios pueda llegar a ser nuestro Señor y donde nosotros podamos responder con libertad a la guía de Dios.
De este modo, la disciplina es la creación de límites que mantengan un tiempo y un espacio abiertos para Dios. La soledad requiere disciplina, la adoración requiere disciplina, ocuparse de los otros requiere disciplina. Todas estas cosas nos piden que separemos un tiempo y un lugar donde podamos reconocer la presencia gratuita de Dios y donde podamos responderle.
* Fragmento del libro “Pan Para el viaje”