LA FORMACIÓN DE VIDAS


Por Keith Bentson

Textos bíblicos: Rom. 8:29; Gál. 4:19; Col. 1:28,29; I Tim. 3:1-7.

Propósito del estudio:
Concientizarnos sobre la importancia y la obligación de contribuir hacia la formación de las vidas que están bajo nuestro ministerio é influencia; señalar algunas normas y pautas que nos ayudarán para ello. (No presentamos un plan ó programa).
I.
Definiciones y descripción acerca de lo que está involucrado en la formación de vidas:

Los padres dan forma a la vida de sus hijos desde cero; mientras en la iglesia tratamos vidas que ya han recibido una formación deficiente. Nos corresponde encauzar las vidas hacia una nueva formación coincidente con el diseño y los propósitos de Dios.
 
Términos afines:
1. La “edificación”; Romanos 14:19; 15:2; Efesios 4:29; etc. Es un término dinámico que comunica la idea de un proceso que conduce a algo firme, estable y útil.
2. La “santificación”, Juan 17:17; I Tesalonicenses 4:3; 5:23. Se refiere a una vida tratada por Dios en sus respectivas áreas hasta que se vea con facilidad la vida de Cristo allí formada en la persona.
3. El “discipulado”: se refiere (para nosotros) a cierta manera de enseñar a otros; o sea, por medio de una relación más bien personal, cuyo enfoque es no solamente práctico, sino que cubre virtualmente todas las áreas de la vida. Es el término más en boga hoy, acuñado de reciente data. (Ver notas sobre “El discipulado”.)

 

II. ¿ Cómo llega uno a estar formado en el Señor?
1. Depende, en primer lugar, de la disposición y búsqueda de cada uno. En última instancia, cada uno es responsable por su propia vida. Romanos 12:1,2.
2. Depende de las enseñanzas é influencias que convergen sobre su vida.
3. Depende de la medida y profundidad de la operación del Espíritu Santo en él. II Corintios 3:18.

 

III.  ¿Cuáles son, en general, las influencias que contribuyen a la formación de una vida?
1. El ambiente espiritual que reina en la congregación. (Tal ambiente no se forma con intenciones, sino que es el fruto de otras virtudes.)
2. Su admiración y confianza en los líderes (modelo).
3. Su relación cordial y vivencial con los líderes, con los hermanos “mayores”, y con todos.
4. Su participación activa, con responsabilidad, en servicios y actividades. Al convertirse, debe testificar, asistir a reuniones, ser asignado para tareas menores.
5. Una relación con su familia (y en su trabajo) que le dé seguridad y apoyo.
6. Posibilidades de crecer, expandirse, ampliar sus conocimientos; no verse encerrado con limitaciones ó impedido por barreras, aunque sean imaginarias.
7. Las pruebas.

 

IV. ¿Cuáles verdades bíblicas y espirituales son fundamentales y decisivas en lo que se refiere a la formación de vidas?
1. El señorío de Cristo;
2. El propósito eterno de Dios.
3. La humildad y la sujeción.
4. La relación entre los hermanos.
5. El respeto y la reverencia por el cuerpo de Cristo (la Iglesia), y por sus autoridades; la unidad de la iglesia;
6. Conocer su propio don é inserción en el cuerpo de Cristo.

 

V. ¿Quién es responsable para contribuir a la formación de vidas?
1. Los líderes espirituales.
2. Los padres y familiares de uno, más los hermanos más maduros de la congregación.
3. Todos, en la medida que las circunstancias lo demande, son responsables por todos; no como un sistema, sino como un estilo de vida. Gálatas 6:10; Romanos 15:14.

 

VI. ¿Cómo obró Jesús para formar la vida de los doce?
1. Estuvo con ellos. Juan 1:35-39; Marcos 3:14.
2. Les habló la verdad (Juan 17:17), según la ocasión y las circunstancias lo propiciasen. Juan 3:1-12; Lucas 11:1,2.
3. No les explicó todo, sino dejó un margen para que tuviesen que inquirir, obedecer y ejercer fe. Juan 14:5-11.
4. Les encomendó tareas:
  • Simples – Lucas 19:30,31
  • Ministeriales – Lucas 9:1-6
5. Los amó y confió en ellos (arriesgándose y arriesgándolos). Juan 13:1-12 y hasta capítulo 17.
6. Les dio lugar al fracaso. Juan 16:30-32.

 

VII. ¿Cómo involucrarnos en la formación de una(s) vida(s)?
1. Estar formado uno mismo, estable y bien encaminado.
2. Poseer un espíritu de siervo, no de capataz.
3. Amar y tener fe por ellos.
4. Buscar formar relaciones hermanables, de amigo. Ganar una santa ascendencia por lo que uno es y por su espíritu de siervo y de maestro. (Con sabiduría, prudencia, tino y tacto).
5. Enseñar hablando dentro del marco normal de la vida.
6. Conocer uno mismo las etapas naturales de la vida y las áreas de mayor urgencia é importancia. Comenzar con lo que uno puede hacer; reconocer las propias limitaciones de uno, permitiendo que el otro reciba influencias complementarias de otros.

 

Advertencias
1. No digitar la vida de nadie.
2. No ser posesivo; no desarrollar una relación exclusiva (no es “mi” discípulo).
3. No pretender que la relación sea vitalicia.

 

Conclusión:

Será la que tuvo el apóstol San Juan:

“No tengo mayor gozo que éste, el oír que mis hijos andan en la verdad.” III Juan 4
 


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