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Jesús, maestro de la sencillez
por Ricardo Dulanto Bautista
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Indudablemente, el ser más sencillo que pisó la
tierra, es Jesucristo.
Él fue sencillo para :
NACER : Nació en un pesebre, en un establo al lado de animales.
VIVIR : Fue hijo de un carpintero y vivió sujeto a sus padres.
HOSPEDAR : Llevó a su casa a dos discípulos de Juan sin mucha preparación y
afán para recibirlos.
PREDICAR : Se sentaba en una barca y de allí predicaba. Lo hacía en los
montes, en las calles, las plazas y las casas.
ENSEÑAR: No usaba la grandilocuencia. Sus enseñanzas eran sencillas y con
autoridad y no como los escribas.
VESTIRSE : Era rey, pero no se vestía como los reyes de la tierra.
CONDUCIRSE : El decía, aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón.
AYUNAR : Lo hizo en el desierto y no aceptó ayuda de nadie.
COMER : Comía con todo tipo de personas, sin hacer acepciones.
El libro de los HECHOS, nos relata que los primeros cristianos, comían con
sencillez de corazón. Pablo recomienda a los Filipenses que sean sencillos.
Hoy en día la iglesia, tiene que volver a la sencillez en todo lo que haga.
Porque el lujo, la vanagloria, la acepción de personas y el orgullo no liga
con los santos.
Seamos juiciosos en toda nuestra manera de conducirnos y vivir, porque el
Señor es SANTO y la iglesia también, por la obra redentora de Cristo.
La sencillez garantiza la presencia del Espíritu Santo, en nuestra vida y
reuniones.
Tristemente, se ve que hay grandes locales con lujos, arreglos suntuosos,
aduciendo que somos hijos del REY. Sin embargo la Biblia cita que somos
hermanos del Rey. Además dice, que somos REYES y SACERDOTES.
Lo peor aún; se usa la palabra TEMPLO, para señalar al edificio de reunión y
ALTAR, donde se predica. Que pena da ver todo esto en la actualidad, porque
la escritura nos dice que SOMOS TEMPLO DEL ESPÍRITU SANTO.
Que el Señor siga restaurándonos en toda nuestra forma de creer, hablar y
vivir.