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El estudio que presento en estas
páginas consiste en su mayor parte de extractos del libro "Man and Woman in
Christ" (El hombre y la mujer en Cristo), de Stephen B. Clark. El autor es
uno de los líderes de la comunidad cristiana (ecuménica) en Ann Arbor,
Michigan, EE.UU. Es católico carismático y director de una publicación
mensual "Pastoral Renewal" (Renovación Pastoral) e íntimo colega de Ralph
Martin, Kevin Ranaghan, Don Basham, Larry Christenson, y de otros muchos
líderes del movimiento de renovación. El libro, de casi 700 páginas,
representa una obra muy seria sobre los roles del hombre y da la mujer,
llevando como subtítulo "Un examen de la función del hombre y de la mujer, a
la luz de las Escrituras y de las ciencias sociales". La parte que he
considerado útil para nosotros en nuestra situación es la que tiene que ver
con los roles creacionales de los dos sexos; la influencia de nuestra
sociedad sobre la formación de nuestras vidas (aspectos positivos y
negativos); y algunas consideraciones básicas y prácticas sobre cómo apuntar
hacia la formación de la iglesia en pueblo/comunidad.
INTRODUCCIÓN:
Existen al menos tres factores que hacen al proceso de la restauración de la
iglesia:
-
La dinámica del Espíritu Santo
-
La enseñanza de las verdades
enunciadas par Cristo y los apóstoles, con su consecuente aplicación
práctica;
-
La estructuración de la vida
social, tanto en la familia, coma en la iglesia, para así proveer un marco
adecuado, dentro del cual se podrá expresar la plena voluntad de Dios aquí
en la tierra.
Nuestro estudio versará sobre este
tercer factor que hace a la restauración de la iglesia, y que complementa a los
otros factores.
EL HOMBRE Y LA MUJER
A. |
Cinco pautas que surgen del orden creacional: |
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1. |
Dios expresó
su gloria en el ser humano creándole como hombre y mujer, con
una diferenciación entre los sexos, (Gén. 1:27). |
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2. |
El propósito
explícito de la creación del varón era:
- gobernar sobre los
animales y aves (Gén. 1:26; 2:19);
- trabajar y cuidar la
tierra (Gén. 2:15);
- ser uno con su mujer
(Gén. 2:21-24);
- procrear hijos y
gobernar su casa (Gén. 1:28 y 3:esp. vs. 9,16).
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3. |
El propósito
de la mujer era:
- ser uno con su marido
(Gén. 2:18);
- gobernar (Gén. 1:28;
1º Tim. 5:14);
- procrear (Gén. 1:28).
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4. |
Las funciones
de uno y otro eran complementarias:
– el varón era la cabeza:
- por haber sido creado
primero (1º Tim. 2:13);
- por haber sido
encargado primero de gobernar;
- por su físico y dotes
naturales de autoridad.
- la mujer era
subordinada:
- por haber sido creada
en segundo término;
- por haber sido hecha
del cuerpo del hombre;
- por haber sido traída
a él;
- por su físico y dotes
naturales (ayuda idónea).
NOTA: El término
“subordinación” no es una cuestión de relación “mandato –
obediencia”. Se refiere básicamente a la existencia de un orden,
en oposición a desorden. Se puede dar órdenes a un subordinado y
esperar de él la obediencia, pero también él puede subordinarse
sin recibir órdenes mediante, por ejemplo, un acto de servicio,
o por un espíritu de cooperación, o por seguir la enseñanza de
otro, aunque éste esté lejos. El propósito de la subordinación
es el de producir unidad y armonía. La relación entre el hombre
y la mujer dentro del marco de la cabeza y la subordinación, se
caracteriza por:
- la unidad
- el servicio mutuo
- el amor recíproco
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5. |
La creación
de la mujer no obedeció solamente al fin de que el hombre no
estuviera sólo, sino para que fuera formada toda una sociedad
humana. Fue diseñada para funcionar como una sola persona: un
varón unido a su mujer, hijos unidos a sus padres y así
sucesivamente. De ahí se desprende el hecho da que el hombre es
un ser sociable, de naturaleza gregaria. |
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1.Nota del editor: Este texto es uno de los clásicos que
Keith Bentson compartía cada vez que sentaba el fundamente apostólico de la
naturaleza de la iglesia y como la misma es edificada. Cuenta con unos cuantos
años, y hay conceptos que pueden chocar con ciertos paradigmas de la sociedad
contemporánea. Sin embargo, si se lee con cuidado se observará que plantea
principios básicos fundamentales para la conformación de las familias y de una
comunidad, de lo que él llamaba una iglesia "tipo pueblo".
Continúa en El hombre y
la mujer en la comunidad cristiana (II)
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