Consejos compartidos en un encuentro de jóvenes con interés por la obra misionera transcultural

Avanzar hacia el llamado a las misiones

 

por Chris Shaw

 

1. Comprende el camino que separa el llamado del cumplimiento...
Utilizando los ejemplos de los grandes héroes de la fe, incluyendo a Abraham, José, Moisés, David, etc..., vemos que la historia del pueblo de Dios muestra que hay una distancia significativa que separa el llamado del comienzo de la realización de ese mismo llamado. En la mayoría de los casos transcurrieron un promedio de 15 años antes de que las personas llamadas empezaran a trabajar concretamente en aquello que habían sido llamados a hacer.

La razón por esto es que el llamado tiene que estar acompañado por un corazón trabajado por Dios. El llamado puede ser cuestión de una visitación puntual de Dios, pero la fonación del corazón es el resultado de la acción del Espíritu en un discípulo entregado que se realiza en medio de las adversidades y dificultades propias de esta vida. Aquellos que han sido llamados deben estar dispuestos a esperar el cumplimiento de este tiempo de formación.

2. Procura las herramientas más necesarias para el ministerio
¿ Porqué están dejando el campo misionero los obreros ? Entre las causas más frecuentemente citadas por misioneros Latinoamericanos podemos mencionar las siguientes cosas: 1) Problemas con otros misioneros 2) Falta de llamado 3) Falta de preparación 4) Falta de sostén. Esto revela que los misioneros están saliendo al campo con demasiado apuro y sin el equipamiento adecuado. En otros casos han recibido la formación incorrecta para el trabajo al cual han sido llamados.

Entendemos que la solución a este problema es dar a los misioneros una capacitación adecuada que incluye mucho más que asistir a algunos cursos para informar acerca de los desafíos puntuales que acompañan las misiones. La capacitación más importante tiene que ocurrir en el área del carácter y las experiencias iniciales de servicio que permitan comprobar si hay un genuino llamado y una vocación de trabajo que servirán de fundamento para la experiencia en el campo.

Por todo esto, los años de formación posteriores al llamado deben concentrarse en el carácter, la vida espiritual, y la fidelidad de los obreros en medio de la congregación local donde Dios les ha colocado.

3. Cultiva la fidelidad en la iglesia local.
El modelo Neotestamentario de misiones revela que la iglesia confirmaba a aquellos que ya estaban sirviendo fielmente al Señor en medio de la congregación donde estaban. Los años de formación deben ser años en los cuales los candidatos demuestran ser fieles en lo poco, si es que desean ser puestos sobre cosas mayores.

Los candidatos que están convencidos que harán en el campo aquellas cosas que no hicieron en su congregación local se engañan a si mismos. Lo que no se practica hoy, cuando existe un entorno de amor y apoyo, tampoco se practicará el día de mañana, cuando el ambiente será mucho más adverso.

Los candidatos deben aprovechar toda oportunidad que exista en la comunidad de participar en viajes de servicio y experiencias de misiones a corto plazo. Aunque no logren "grandes cosas" en estas experiencias, será el contexto ideal para aprender a trabajar en equipo y ser disciplinado y responsable, cualidades indispensables para el éxito en el emprendimiento misionero. De especial importancia en la iglesia local es el aprender a amar y relacionarse en forma madura con otros cristianos. Quien se ofende fácilmente por las pequeñas fricciones que existen en el cuerpo no cultivará el amor y la perseverancia que serán fundamentales para seguir firme cuando no haya frutos ni resultados visibles en campos donde el trabajo es lento y frustrante.
 

4. Cultiva tu corazón misionero.
Sin haber aún salido a otro país, el candidato puede aprender a cultivar una visión global de la obra de Dios. Los años de espera y preparación son ideales para cultivar la fidelidad en la oración e intercesión por la gran obra que el Señor está realizando en todas partes de la tierra.

Es también un buen momento para enterarse de lo que otros están haciendo, para buscar las maneras de apoyar a los demás Quizás en este momento no tengas la oportunidad de salir a otros países, pero sí puedes apoyar a aquellos que ya han salido. Quien aspira a que lo apoyen, el día de mañana, debe haber sembrado con la misma generosidad que espera que otros tengan hacia su persona.

5. Estudia la vida de los grandes héroes de la obra misionera. Lee las grandes biografías.
Parte de la formación puede incluir, por iniciativa propia, el hábito de leer y estudiar las biografías de los grandes misioneros del pasado. Sus vidas proveen de modelos de fe, ayudan a entender la manera en que Dios obra, y advierten acerca de los errores que pueden limitar la efectividad del Espíritu en la obra misionera. Hebreos nos insta a que consideremos la gran nube de testigos que nos han precedido, para correr bien la carrera que tenemos delante nuestro.
6. No te empecines en promover misiones en tu congregación por la fuerza.
Una advertencia a aquellos que están desesperados por salir y no ven eco a sus inquietudes en la congregación local. No intenten forzar el asunto y obligar a los demás a tener la misma carga que ellos tienen. Esperen el mover de Dios, quien está más interesado que ellos en promover una visión misionera en toda su iglesia. Se ha hecho enorme daño a la causa misionera por jóvenes impulsivos que, como Moisés, han creído que por medios violentos pueden imponer la voluntad de Dios. Si Dios realmente quiere que salgas, él se encargará de abrir, a su debido tiempo, las puertas que nosotros no podemos abrir.

Mientras tanto podemos buscar comunión con aquellos que tienen un sentir parecido al nuestro y, con la aprobación de nuestros pastores, tener encuentros periódicos para orar e interceder por la gran obra que El está llevando a cabo de extender el Reino hasta los confines de la tierra.


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