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El grupo de alabanza
por Daniel Verstraeten
Supongo que la alabanza y adoración en la iglesia primitiva serían muy sencillos. Por bastante tiempo el himnario seguramente fue el libro de los Salmos. A medida que el evangelio iba alcanzando a los gentiles de Europa y Asia, seguramente aparecerían otras formas musicales relacionadas con el folklore de cada lugar.
Hoy nuestros salmistas deben prepararse, ensayar, componer arreglar y orquestar canciones que puedan llegar a oídos del siglo 21. Estamos metidos en una cultura que se ha globalizado por lo que cada grupo de alabanza debe saber cómo llegar a captar el sentir del que alaba y los elementos por los cuales les sea fácil elevar a Dios su alabanza y adoración.
Encontramos algunos elementos útiles que nos pueden servir de parámetros en el
capítulo 25 de 1ª Crónicas.
1.- Alguien con autoridad espiritual y conocedor de la alabanza y la adoración eligió
a los que habían de servir en la alabanza y la adoración. Versículo uno: Asaf, Hemán y Jedutún
fueron los elegidos. Se deduce que no debiéramos dejar que toquen o canten los que tienen meramente un don natural, sino los que los pastores u otra autoridad señalen como servidores que, además de talentos, tienen la gracia para ministrar .
Como corolario a este requisito sucederá que habrá una relación de comunión y sujeción muy estrecha entre el cuerpo pastoral y el grupo de alabanza.
2.- Asaf, Hemán y Jedutún ministraban junto con sus hijos. Tenían "discípulos" musicales y en el versículo ocho nos dice que luego todos servían en los cultos: mayores con menores, maestros con discípulos. No eran profesionales, eran familias de alabadores.
3.- "Su padre" los dirigía en el culto del templo del Señor (v. 6). Todos, especialmente los jóvenes, deberían tener padres espirituales que les guíen para que no se vayan meramente tras la hermosura de las voces o los instrumentos o ¡la batería!
4.- En el versículo 1 nos dice también que todos estos "profetizaban" acompañándose con arpas, liras y címbalos. No repetían una bonita letra, sino que profetizaban. Exaltaban al Señor quien recibía gloria.
5.-Y finalmente vean lo que dice el versículo 7: "…habían sido instruidos para cantarle al
Señor." Es bueno ensayar con los instrumentos, afinar las voces y hacerlo bien. Pero miremos este otro aspecto: Hagamos todo eso "para cantarle al Señor". El Señor va a recibir lo que sale de nuestro espíritu.
¿Qué debemos decirle al servidor que canta y que ejecuta un instrumento? Humíllate ante el Señor, goza de su presencia, olvídate de tu don: pon tus ojos en él.