La música en la Iglesia

Conclusiones de un taller coordinado por Augusto Ericsson, Tato Himitian y Daniel Verstraeten

Hubo hermanos y hermanas de Perú, Brasil, Chile, Paraguay y Argentina compartiendo en un ambiente de dulce armonía sus inquietudes, experiencias, conocimientos y preguntas relacionadas con este importante ministerio que es la música y el canto en la iglesia. 

Desde el principio de la historia humana aparece el canto, lo que implica expresión musical y sonora del más maravilloso instrumento sonoro, la voz humana.

En Éxodo 15 tenemos el Cántico de Moisés y de María (su hermana) de alabanza a Dios. Se cantó acompañado por panderos y danzas. Así estuvo ligada siempre la música y el canto en el culto a Dios (además de estar en otras áreas de la vida).

En Levítico 23.24 Dios le dio orden a Moisés de tener una "conmemoración al son de trompetas" (pues ya había otros instrumentos musicales). En Números 10 Dios ordena hacer dos trompetas de plata, para convocar a la congregación y hacer mover los campamentos a la guerra, y en otras ocasiones felices al ofrecer sacrificios (holocaustos) de paz.

Con respecto a la persona del músico y cantor o cantante en la iglesia, ya que se trata de una institución divina, compuesta -no de edificios inertes- de piedras vivas donde Dios habita por su Espíritu, lo más importante es la condición de cada persona que la integra. El hombre y la mujer redimidos, salvos por la gracia de Dios, para actuar con bendición y fruto que permanezca, debe agradar al Señor en su vida interior. Fuimos hechos para un sacerdocio para ministrar a Dios.

"¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios" (1ª Corintios 6: 19,20)."

Por tanto, primero y por sobre toda otra preparación, el músico ó el cantor en la iglesia debe ser santo; vivir en el temor de Dios, dando ejemplo a todos y mostrando la verdad de una vida nueva. La música en la iglesia debe tener seriedad y dignidad y debe provenir de hermanos y hermanas estables, espirituales, probados, con visión y conocimiento de los propósitos de Dios. Ministrar al Señor es la premisa.

El culto de alabanza y adoración tiene hoy día una parte muy importante en la vida de la iglesia, y debe estar conducido por personas muy sensibles al Señor y apoyadas por músicos espirituales y manejables, dóciles, sujetos, para que la alabanza y la adoración no sean entorpecidas o impedidas, sino que impere un ministerio al Señor que dé lugar a una gloriosa manifestación de la presencia y del obrar de Dios en medio de su pueblo congregado.

Los pastores y líderes deben formar espiritualmente a los músicos, para que tengan sensibilidad al Espíritu Santo en los cultos en los cuales deben actuar. Si los pastores son también músicos, podrán hacer un aporte técnico-musical en la formación de los músicos, para un buen ministerio en la iglesia. Los músicos deben ministrar en la iglesia sujetos a los pastores y líderes espirituales, actuando en armonía de espíritu.

Se pregunta cómo hace el pastor que no sabe música para seleccionar a los músicos? Se responde que debe buscar ayuda de personas con conocimiento musical, naturalmente. Conviene que los músicos sean personas probadas, estables, dignas, honorables, que con su vida y conducta honren a Dios.

En cuanto a la música, se nota hoy en nuestras comunidades, la influencia del jazz (música moderna), con un ritmo apropiado para la alabanza. Hay himnos clásicos que permanecen con su fuerza y que son aceptados plenamente, y hay, además, una fuerte corriente de renovación en música y letra de las canciones que brotan sin cesar.

Los ritmos folkóricos, o sea músicas regionales, por ser expresión vivencial de ciertas zonas y culturas, también tienen su uso y aceptación, aunque algunos con limitaciones locales.

En cuanto a la "música rock", luego de explicarse en breve historial su mal nacimiento y escabroso desarrollo, se rechaza total y absolutamente el "rock pesado" para el uso en la iglesia, por su perniciosa y destructora influencia, además, por supuesto, del contenido de sus letras y mensajes de loas a Satanás. Hay otras variedades dentro del género rock que podrían ser utilizadas. Debemos instruir, explicar y ayudar a los jóvenes para que comprendan y rechacen la música dañina para su carácter y su espíritu, y se vuelquen a los muy variados géneros que pueden ser usados con bendición en su vida y en la iglesia.

Por ello, la música debe ser controlada por músicos espirituales. Se puede pecar con la música. También, se puede conducir por la música a las personas hacia Dios y a la alabanza y adoración. Además, se las puede apaciguar, como el caso de David al tocar el arpa para Saúl, atormentado por un demonio. Se recomienda ardientemente a los padres, "filtrar" la clase de música que entra al hogar, ya sea por discos y casettes, como por la radio y la televisión. Algunos dibujos animados y publicidad tienen "rock pesado" é incitan a la violencia, a la agresión, al sexo y a la droga. Hay que cuidar esto celosamente, pues incide en la formación del carácter y gusto de nuestros hijos.

Se señala que, en general, la música contemporánea es más ligera que la clásica que tiene una gran profundidad. En la evangelización se requiere música más ligera y un ritmo más rápido, más movido para tocar, atraer y mover la gente a aprender verdades de la palabra de Dios por la repetición. Para otras ocasiones, la música será diferente y más reposada y expresiva, como en la alabanza y, sobre todo, en la adoración.

Hay que estimular a los niños y jóvenes con aptitudes musicales, para que estudien y se perfeccionen para servir y ministrar al Señor en la iglesia con lo mejor. Queremos los mejores músicos, la mejor música y los mejores cantantes para Dios.

Los padres músicos tienen gran posibilidad de tener hijos con capacidades musicales, que naturalmente se deben desarrollar por el estudio y la disciplina. Por supuesto, la música se puede estudiar en escuelas o conservatorios donde hay buenos profesionales, aunque estos no sean creyentes. Es conveniente la formación de cursos acelerados cristianos para la música en la iglesia, métodos que a los niños les faciliten el aprendizaje, porque aprenden jugando, como también la formación de conjuntos de teatro.

Los padres cristianos tenemos la responsabilidad de ir guiando a nuestros hijos para que les guste la buena música. Proveer casettes de la mejor calidad -que la hay- y estimular al estudio de la música y de algún instrumento, a los hijos que demuestran dones ó capacidades para este arte, a fin de prepararles para un eficaz ministerio en la iglesia.

Se plantea el hecho de que muchas veces las familias no disponen de medios económicos para hacer estudiar a sus hijos y para la compra de sus instrumentos. Se sugiere consultar a los pastores ó líderes para ver qué clase de ayuda se podría lograr, ya sea de la iglesia o de personas con medios que desearan colaborar. Y se insiste en la necesidad de que los pastores se convenzan de proveer en la iglesia un presupuesto para el sostén de músicos y compra de instrumentos, como medio de mejorar la música en la iglesia.

En general, se observa que en las congregaciones falta visión y conciencia de la importancia del ministerio de los músicos, y por ello también, falta apoyo económico para el sostén de los músicos y la provisión de buenos instrumentos como de ayuda para estudiar en escuelas de música a los que carecen de medios. Sugerimos a los pastores tener esto muy en cuenta.

¿Qué instrumentos usar en la iglesia? Además de flautas, trompetas y panderos, en Josué 6.8 y 20 se lee de los sacerdotes tocando "bocinas" ó cuernos de carneros (¿Se habrán perdido las trompetas de plata?) En 1ª Samuel 16.23 se menciona "el arpa" que David tocaba para calmar a Saúl atacado por un mal espíritu. En 2ª Samuel 6.5 se menciona "toda clase de instrumentos de madera que haya", arpas, salterios, panderos, flautas y címbalos y, en el versículo 15, la trompeta. En 1ª Crónicas 6 están los cantores que puso David: Heman, Asaf y Etán. En 1ª Crónicas 15 leemos que estos cantores hacían sonar "címbalos de bronce", ocho tocaban salterios, seis tocaban arpas afinadas en la octava para dirigir. Quenanías, principal de los levitas en la música, era entendido y dirigía el canto.

¿Qué instrumentos usar? Todos. Bien puestos. Bien ordenados, Percusión (batería, etc.), cuerdas (guitarra, bajo, violín, etc.), teclados (piano, órgano, etc.). Hay que orientar sobre qué instrumento se debe tocar de acuerdo con la canción, y en qué momento deben ejecutar.
Debe haber armonía espiritual entre los músicos. A veces con una mirada, con un gesto ya se deben entender. No se puede incursionar, improvisar en terreno desconocido. Un día de la semana se debe practicar juntos, por lo menos.

Se pueden formar grupos musicales, coros, solistas, conjuntos y grupos de danza. Tiene que haber armonía espiritual entre los que presiden y los músicos. Tienen que orar juntos a Dios. Es necesario que cada congregación tome conciencia de la importancia del ministerio de la música en el culto a Dios.

 

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